Como los chorros del oro.
Así está la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla;
Como los chorros del oro.
Hasta el miércoles santo último, decenas de trabajadores (pintores, carpinteros, albañiles, arrastreros, limpiadoras, etc.) se afanaban en sus tareas para dejar así a la joya de las plazas de toros del mundo; La Maestranza.
Toriles, abrevaderos, patio de cuadrillas, capilla, enfermería, tendidos, callejón, gradas y palco, la calle Circo, Iris, Antonia Díaz, las evocaciones de Curro, Pepe Luis y Manolo Vázquez plantás en sus pedestales (¡vaya cartel!) junto a la Carmen, observados desde lejos por «El Pasmo de Triana», rio y puente de por medio, por poniente y la Giralda a levante, asomada pendiente siempre , siempre al trasiego de la calle Iris. Todo, con primor y mímo, ha sido una vez más puesto a punto.
Este mediodía en el Lope de Vega, un filósofo francés, Francis Wolff, ha pregonado la grandeza del toro, del torero y del toreo para empequeñecer los aires «anti» que vienen de arriba.
Ya vamo a estar con la petaca y el puro miarma.
Un saludaso Doria.