Sevilla. Paseo mañanero de otoño
A principio de los 60 del pasado siglo -inundaciones incluidas – hacía este camino diariamente, al menos dos veces, desde Triana a Sevilla. Hoy lo hago en sentido contrario, desde Sevilla a Triana.
He empezado en la calle San Fernando, la Puerta Jerez, el Puente de San Telmo, Plaza de Cuba, calle Betis, Puente de Triana .
En mitad del Puente de San Telmo, me he recreado contemplando el norte, el este, el sur y el oeste de terrazas y embarcadero.
Una vez pasado el puente, ya de vuelta a Sevilla y a la vera de la Sevilla cantaora, me he parado a contemplar, levantada ya la niebla, a Chillida en su «Tolerancia» , más allá el Rio , la Calle Betis y al fondo el capitel de la torre de la Señá Santana. Me he girado hacia mi derecha para contemplar el Puente, la capillita del Carmen y hasta las farolas.
De nuevo he continuado lentamente mi paseo, la Torre del Oro insinuandose entre palmeras, he continuado avanzando Paseo Colón abajo y con la mano en la frente, como Vicente «el del canasto», me he puesto a contemplar uno de mis monumentos sevillanos preferido, la Plaza de Toros de la Real Maestranza, ahora con Doña Mercedes de guardia permanente.
Cruzada ya la Carretería, Arfe y el Postigo, plantado ya en la Lonja, junto al Archivo de Indias, he mirado para el Giraldillo, le he hecho un par de fotos a «las Gordas de la Bienal», he recogido la cámara y en el tranvía me he vuelto para el Prado.
Durante todo el paseo me ha acompañado la melodía al piano de Rafael Prado que interpretaba una obra suya perteneciente a su recentísima «Suite Genios de Andalucía», se llama Despertar en Sevilla y está dedicada a Manuel Castillo.
A pesar de todo lo incómoda que está; ¡Qué bonita es Sevilla!
Saludos.
Doria
Posdata:Leo que http://laradiodelosblogueros.blogspot.com , designa este blog como «blog del día», cosa que agradezco de corazón. Estaremos en directo con ustedes a las 7h. 40′ de la tarde en el 93.0 de la FM.
Tambien acabo de leer en «laradiodelosblogueros» que por aquello del «jalowin«, hay que adoptar un disfraz virtual, pues bien el mio, en homenaje a ese entrañable personaje que andaba siempre por el lugar próximo al puente de Triana que antes he descrito, es el de «Vicente el del canasto»